Celebramos el Día del Trabajo el primer lunes de septiembre de cada año para reconocer las contribuciones de los estadounidenses resilientes y trabajadores al bienestar, la prosperidad y la fortaleza de los Estados Unidos.
A menudo es un momento para hacer picnics, barbacoas o simplemente un día de descanso. Es una oportunidad para que los cristianos reflexionen sobre su papel como trabajadores y su efecto en sus empleadores y en la fuerza laboral.
Colosenses 3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
Colosenses 3:23 nos recuerda que nuestro trabajo no es en vano. El compromiso con el trabajo diligente ayuda a construir grandes naciones. Los empleadores no siempre son los mejores jefes, pero como cristianos, no debemos esforzarnos solo por tener un jefe humano, sino por tener a nuestro Padre celestial. Dios observa nuestro trabajo y ve si estamos dando lo mejor de nosotros. ¿Estás haciendo un trabajo excelente?
Proverbios 27:18 El que cuida la higuera comerá su fruto; Y el que sirve a su señor tendrá honra .
Nuestro esfuerzo en el lugar de trabajo produce resultados fructíferos. Proverbios 27:18 también nos dice que debemos proteger el tiempo y los recursos de nuestro empleador. Cuidemos los recursos que utilizamos de manera responsable. Debemos ser ingeniosos y estar preparados cada día para las tareas que tenemos por delante.
Efesios 6:5-6
5 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;
6 no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;
Efesios 6:5-6 habla del carácter de los siervos, de aquellos que están al servicio. Trabajamos por un salario, pero también debemos llegar a trabajar con una actitud alegre y ser amigables con los demás compañeros de trabajo. Debemos respetar la autoridad de nuestros gerentes y supervisores, no solo delante de ellos sino a sus espaldas, mostrando así nuestra integridad.
Hebreos 13:17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
Hebreos 13:17 reconoce que las personas en puestos de liderazgo, como nosotros, también deben rendir cuentas a DIOS, una autoridad superior . Los líderes y gerentes deben crear un ambiente armonioso que fomente la productividad, la cooperación y el crecimiento. Todos hemos tenido un gerente o dos que fueron malos ejemplos de liderazgo. Esto pone a prueba nuestra paciencia. También hemos tenido supervisores que han cometido errores humanos. Debemos resistir el impulso que nos hace trabajar de manera descuidada. Ser conocido como el empleado que pierde la calma, que es contencioso, que se queja constantemente, no te llevará a ninguna parte. Utiliza los medios que la empresa ofrece para expresar adecuadamente tus quejas o encuentra un nuevo lugar de trabajo. No permitas que tu trabajo y tu reputación sufran por culpa de un liderazgo deficiente.
Su diligencia en el desempeño de su trabajo lo bendice a usted y a quienes lo rodean. Realizar un trabajo excelente también contribuye a su satisfacción laboral general, su salud mental y su bienestar. Su trabajo le abrirá nuevas puertas para un ascenso o una recomendación laboral para su próxima carrera.
Dios quiere que todos sus hijos prosperen en el trabajo que elijan hacer. Comprométete con la excelencia. Una de las mejores celebraciones de un trabajo excelente es el merecido descanso que le sigue.